La guerra por dominar el negocio de la inteligencia artificial se calienta. Google ha lanzado hoy su herramienta gratuita de inteligencia artificial, Bard, en español, portugués, árabe, chino y hindi, entre más de 40 idiomas, cuando hasta ahora solo se podía interactuar con este chatbot en inglés, japonés y coreano. La IA de Google llega a España y al resto de la UE tres meses después de su lanzamiento y tras haber introducido las medidas necesarias para mejorar su privacidad y adaptarse al Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y a las exigencias de la legislación europea.
Bard llega a numerosos países, entre ellos Brasil y 27 países de Europa. Con este agresivo lanzamiento, Google busca alcanzar con su inteligencia artificial generativa el éxito experimentado por su rival ChatGPT, el chatbot de OpenAI, y competir con Bing, la herramienta de IA de Microsoft potenciada por la tecnología de OpenIA, que desde un primer momento se pudo usar en varios idiomas, entre otros el español.
El gigante de internet destaca que esta es la mayor expansión de Bard hasta la fecha, y que han incluido en la herramienta nuevas funciones para ayudar a personalizar la experiencia del usuario y potenciar su creatividad. “Bard es una herramienta para aumentar la imaginación. Es un colaborador creativo, un acceso directo a un modelo de inteligencia artificial generativo impulsado por la computadora más poderosa del mundo, el cerebro humano”, aseguró durante una rueda de prensa Jack Krawczyk, director de gestión de productos de Google.
El ejecutivo aclaró que, de momento, Bard no está disponible ni en euskera, ni gallego ni catalán, pero que sí tienen previsto para que lleguen en un futuro. Krawczyk también indicó que Bard es un complemento a la búsqueda de Google, pero no es un buscador en sí mismo. En este sentido, esta IA no se presenta como una herramienta capaz de resumir respuestas definitivas a una pregunta, sino que, según Google, actúa como un “asesor” capaz de estimular la imaginación del usuario.
“En lugar de sintetizar información, amplía las posibilidades de usar la información”, remarcó Krawczyk. “Es una IA, es una imaginación aumentada. Por ejemplo, Bard se asegura de ofrecer diferentes versiones preescritas de un correo electrónico para pedir al jefe un día libre, o para sugerir varios planes de entretenimiento. Todas sus respuestas se basan en el análisis de miles de millones de textos en línea y datos de noticias actualizados, a diferencia de ChatGPT, que se detienen en el año 2021, incluido”.
Este desfase en el lanzamiento de Bard entre EE UU y Europa obedece a que la compañía ha tenido que hacer ajustes en su herramienta para cumplir con la normativa europea. El directivo de Google explicó sobre este punto que han mantenido contacto con los reguladores de privacidad de datos europeos para determinar qué debían hacer y ya están en posición de desembarcar con su IA en la UE. Bard ha incluido avisos y descripciones detalladas sobre cómo se gestionan los datos personales y los usuarios de la herramienta tendrán la posibilidad de optar por que sus chats no sean grabados, “incluso con fines de mejora del servicio” por parte de la empresa con sede en California.
Esta adaptación a la normativa europea es importante porque no hay que olvidar que gran parte de los ingresos anuales de Google (280.000 millones de dólares) dependen de la recopilación de datos personales para después vender mejor la publicidad.
Una de las novedades que tendrá a partir de hoy Bard es que sus usuarios podrán “escuchar la respuesta” que le dé el chatbot. “Esto es especialmente útil si deseas escuchar la pronunciación correcta de una palabra o escuchar un poema o un guion”, continuó Krawczyk. El chatbot hablará y leerá en voz alta una vez el usuario active el icono de un altavoz. Algunos analistas no descartan que Google pueda integrar Bard en altavoces inteligentes.
Además, a partir de hoy, los usuarios que se comuniquen con Bard en inglés podrán cambiar el tono y el estilo de las respuestas de Bard a cinco opciones diferentes: simple, larga, corta, profesional o informal. Esta función pronto estará disponible en otros idiomas.
Otra novedad es la integración de Google Lens en Bard. De esta manera, desde ahora es posible importar imágenes al chatbot para obtener ayuda. De esta manera, si alguien sube una foto de un edificio, por ejemplo, y pregunta cuál es o dónde está, la IA de Google analizará la foto y dará la respuesta.
“Si deseas más información sobre una imagen o necesitas inspiración para escribir texto asociado a una imagen, como una nota de agradecimiento por un regalo, ahora puedes cargar imágenes con peticiones y Bard se encargará de analizar la imagen para ayudarte”, resaltaron desde la compañía, que aclara que esta función también está de momento solo disponible en inglés, pero que pronto lo ampliarán a otros idiomas.
Los cambios añadidos por Google a Bard van más allá. Ha simplificado su interfaz, permite exportar y compartir archivos con Docs y Gmail, otros productos de la compañía, y ha incorporado un botón para compartir las respuestas del Chatbot con otras personas. “Si deseas compartir parte o la totalidad de tu chat de Bard con tu red, puedes hacerlo mediante enlaces”, indicó la compañía, que también destacó que Bard permite exportar el código a más sitios. “Seguimos viendo que existe interés en utilizar esta herramienta para escribir código de programación. Por eso, añadimos una función que permite exportar código de Python a Replit, además de a Google Colab”.
Entre las nuevas funciones también han incluido la opción de fijar, organizar y modificar conversaciones. “Como sabemos que consultar entradas antiguas puede ser muy útil, hemos añadido nuevas formas de anclar y renombrar tus conversaciones con Bard. Ahora, cuando inicies una conversación verás las opciones de anclar, renombrar y retomar conversaciones recientes en la barra lateral. Así, por ejemplo, si un día le pides a Bard que te ayude a comparar distintos deportes al aire libre para practicar en verano, puedes volver a consultar más adelante las sugerencias que ya te hizo”, señaló la compañía.
Bard, al igual que ChatGPT y otros bots de inteligencia artificial generativa, se basa en modelos grandes de lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés), lo que les permite aprender y generar respuestas a partir del análisis de enormes bases de datos en internet. Lo cual no quita para que, como sus rivales, cometa errores o no sepa contestar correctamente a algunas preguntas.
Google sigue buscando cómo monetizar Bard. Las opciones son muchas: podría hacerlo a través de la publicidad, igual que lo hace en su buscador, o decantarse por un modelo de suscripción de servicios. Otra posibilidad que plantea Les Echos es la de integrarlo como marca blanca en las webs de los clientes de su división Cloud.
Fuente: Cincodias.elpais.com